martes, 29 de julio de 2008

Ahí donde el alma resopla, ¡ése! el escóndite del recuerdo


¡Un dos treeee-pollito inglé! A la una mi mula, a las dos....¡A Bateá, vamos a jugá a bateá!...Yo zoy cascarilla, ehhnn??...Las canica zon mía. Kiyo y er pane y esta gente?
¡¡¡¡¡¡¡HUEVO REVUEEEEEERTOOOOOOO!!!!!!!!!!!

Como todos sabéis he vuelto a los orígenes, es decir, mi Tarifa, pa descansar y reencontrarme. Y al hacerlo, después de tanto tiempo de sólo visitas fugaces y poco intrusivas, me encuentro con una explosión de recuerdos, sensaciones nuevas y viejas, reencuentros con personas, cosas, lugares y construcciones que me hicieron plantearme escribir sobre todo esto por la riqueza sentimental que para mí supone.


Cada vez que vuelvo a Tarifa, ya sea larga o corta mi estancia o el tiempo que haya pasado sin venir, se repite la misma sensación: una vez dejo la última curva de la carretera algeciras-tarifa, se asoma imponente bajo la cuesta el pico de La Isla y Tarifa entera con su sinuosa silueta bañada de las aguas que la han hecho famosa. A lo lejos (o cerca, depende de la visibilidad del día) África callada. Miro de izquierda a derecha lentamente: la rocosa costa de la caleta, las casitas, el puerto, la playa chica, La Isla, los Lances, la tortuga, el "campofurbo", la Vega, la peña, Punta Paloma a lo lejos...Y así recorro el dibujo de su mapa, como hacía con mis dedos sobre tu rostro, absorbiendo en cada esquina los recuerdos que más tarde me harán vibrar y que en ese momento me provocan un vértigo y un nosequé en el estómago seguido del subidón que hace que acelere a pesar del radar, para llegar cuanto antes y beberla entera.
Dicen mis amigas de allá que cada vez que vuelvo de Tarifa voy con un vocabulario y acento extraño, y ahora, más que nunca estoy retomando esa esencia que se pierde a pesar de uno, ya que las va regando por el mundo e impregnándose de otras que ocupan su lugar en el uso.
Y es que por mucho "kait y güinsurfero" o madrileño-catalán-sevillano refinados que vengan a decir que lo especial de Tarifa son sus playas, su viento, su ambiente multiétnico-cultural de los cojones, disculpénme y no es que no aprecie el valor que ustedes otorgan y dan a esta tierra, pero siento decirles que ustedes, señores, no conocen Tarifa hasta que no sepan muchas cosas importantes que han estado dándome bofetadas (cariñosas) desde que llegué el pasado 1 de julio. Desde entonces, cientos de palabras, expresiones, frases e historietas nunca oídas o ya conocidas me han hecho estar ojo avizor (más bien oído avizor, si es válida la expresión) para anotar en el móvil apuntes de lo que luego pretendían ser textos para este blog.
De esa forma intentaré dejar plasmada mis sensaciones que ya sean ustedes o no de aquí, probablemente les revuelva si tienen alguna patria chica a la que volver siempre que estén cansados de la aventura del ir y venir de la vida. Al fin y a al cabo, y salvando las diferencias y particularidades, todos los pueblos son los mismos pueblos; todas las personas, personas, y todas las necesidades las mismas. Aquí y en Pekín.
Un saludo

lunes, 7 de julio de 2008

Después de mucho tiempo...

Hace tanto tiempo desde mi última entrada que pareciese que he venido de Dublín a nado.
Y bueno, lo cierto es que sí que he dado imensidad de brazadas desde entonces y no negaré que he tragado agua un par de veces. Pero aquí estoy, de nuevo. con esta foto de allí (gracias Leticia) pero mirando aquí, ahora con la vista en otro mar y otro océano. Y dispuesta a escribir lo que salga.
Espero me perdonen por la tardanza pero es que colocar las cosas y a una misma es tarea ardua. Me despido con otra de Mafalda...
Hasta pronto.