martes, 4 de noviembre de 2008

Las 7 diferencias

Una mano regordeta aprieta el lápiz plastidecor y hace círculos rojos en aquellas canicas de color diferente encerradas en los grupos dibujados en su ficha. Rodea aquellos que son diferentes, se titula el ejercicio. Después tiene que colorear y encontrar diferencias en dos dibujos aparentemente iguales.
Es fácil encontrar y hacer diferencias ¿no? Pero ¿podríamos encontrar similitudes entre dos imágenes complemente opuestas, entre conceptos, objetos o símbolos totalmente contrarios en la tradición y cultura?
La infancia es el momento en que nos comienzan a establecer los preceptos entre el bien y el mal, lo salado de lo dulce, lo que se debe hacer y lo que no, lo egoista de lo generoso. Siempre se establecen las contradicciones, pero claro, llega un momento en que te toca hacerlo a tí y a veces se producen confusiones. La primera vez que vi a una mujer marriquí fue en Algeciras. Yo nací en Tarifa, pero ahí nunca se quedaba nadie y el boom de las pateras se produjo unos años después, durante mi adolescencia. En un pueblo pequeño no existe mucha diversidad social, por eso cuando fui a la calle ancha de Algeciras, con mi madre agarrando mi mano y tirando de mi paso, lento y corto, me sorprendí mirando a todas aquellas personas que vestían diferente y corrían, corrían, corrían. Pero no me sorprendí al ver a aquella mujer con la cabeza cubierta con un pañuelo y unos ojos negros, preciosos. La señalé y dije a mi madre:
-¡Mira, mamá, como la bisabuela!
Y así era. Mi bisabuela, mujer centenaria, vivió durante toda su vida con un pañuelo que cubría su cabeza y un pañuelo que guardaba en el pecho. Como ella, muchas mujeres españolas tenían esa tradición, como la de las boinas en los hombres. Curiosa similitud ¿no? Como esa, miles.
Por ejemplo, en la época de Mao la prevalecencia del interés social estuvo inspirada en el incentivo moral, los trabajadores y campesinos nunca trabajaban más por comisiones monetarias o incentivos económicos, aunque posteriormente la dirección del PCChino convertió el incentivo material como eje de su política consiguiendo cierta involución parcial hacia el individualismo. Pero volviendo al incentivo moral: una pegatina con un circulo rojo era más que suficiente para reconocer el mérito a una persona. Lo que no dista mucho de aquel incentivo moral de su antagónico EEUU, en el que hemos visto mil veces por seriales, lo que les gusta reconocer el mérito al trabajador de la semana con una foto colgada.
Conceptos similares en diferentes imágenes. Quizás, malversados y utilizados para fines para los que no se preveían como lo ha hecho la publicidad a lo largo de su existencia y desarrollo. Por ejemplo, los vaqueros, aquel símbolo de libertad, de rebeldía, de ruptura con lo tradicional y el conformismo que usaron jóvenes desde los 50. La rotura de éstos y la utilización de vaqueros gastados y descoloridos suponía un gran agravio para la industria de los jeans ya que alargaban la vida de éstos y paraban el consumismo desaforado. Por ello, decidieron "asemejarse" a ese concepto. "No os preocupéis" dijo la Publicidad de mano del Marketing: si quieren vaqueros rotos, los tendrán, pero saldrán de nuestras fábricas. Y los divulgaremos como un símbolo de frescura, de rebeldía, etc. Por lo que dos figuras antagónicas como la juventud rebelde y el sistema ante el que se rebelaban acabaron entrelazados en un intercambio económico llamado compra.
De esa forma, si pretendemos pasarnos la vida buscando diferencias, probablemente las encontraremos, pero probablemente nos toparemos mil veces antes con las similitudes, analogías, los pactos y acuerdos que la Historia ha permitido, o no ha podido evitar; porque al fin y al cabo somos un amalgama de miles y miles de átomos (personas, cosas, relaciones, animales y plantas, descomposiciones...) que vamos dando vueltas, agrupándonos y desagrupándonos y conformando este cuadro enorme no como aquel juego de las siete diferencias sino como los mosaicos de las primeras civilizaciones.
Entre tanta marabunta, no se os olvide vivir.

P.d. ¡Os he dejado siete diferencias en la imagen (u ocho si mis razones se cuentan por dos)! jejeje

2 comentarios:

airen dijo...

Kuánta razón tienes, compañera! mientras sigamos bailando al son ke tokan unos pokos para nosotr@s continuaremos apartando en un círculo todo akello etiketado como diferente. Aprovecho para lanzar una similitud importante: miremos pa' donde miremos, el ke manda es don dinero! :P KUÍDESE!

FLETA dijo...

tia, me he puesto a leer esto en mi ksa, y como estoy con unas amigas pues he empezao a explicarles quien eras. Que penita me ha entrao y que ganas de darte un achuchon!! asi fuerte!!!!!! Tq quiero mucho muho mucho.

Pd: solo veo tres diefrencias!!!! jajaja, ummm perdona....jajajaja el cristal???