sábado, 9 de mayo de 2009

NADANDO


Serenamente, en paz, en calma. Con las desasosegadas impertinencias escondidas en el desván.

Tranquila. Quizá demasiado; quizá no me importe.

Me siento bien y eso es bastante. Y bastante, que parece un adverbio demasiado conformista, es algo que no me preocupa. Y preocuparme, no me hizo ningún bien, quizá a los demás. Y tampoco me arrepiento entonces.

Serenamente he decidido tomarme mi tiempo.

Cuando un remolino marino te envuelve con súbita violencia, la primera reacción instintiva es nadar fuerte, patalear el agua con violencia y en movimientos rápidos y torpes. Deseas salir de ahí a toda costa y lo antes posible, vivir. Pero no es así como se vence a lo insondable. Hay que dar brazadas rítmicas y largas, tranquilas casi, mantener la calma, serenamente.

5 comentarios:

Runas dijo...

Brazadas ritmicas y largas y sobre todo respirar, no te olvides de tomar aire y respirar profundamente. Un beso

merce dijo...

Eso es, tomar distancia, encontrarse placidamente, para continuar...

Besos.

Nut dijo...

Gracias!!

Anónimo dijo...

Hola reina. Siempre vuelvo aki, porque me parece una preciosa manera de sentirte, y de decirte que sigo aki, y allá, dejándome sumergir por los remolinos que tantos mundos me enseñan, para salir mas tarde airoso y renacío con una gran sonrisa para dentro y para fuera.
Un besazo del Rey abeja. Tu emperador con muchas ganas de verte...

reybaj dijo...

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Hacía un siglo que no entraba por aquí. Pensaba que a nosotros, tus fans, nos habías abandonado.
Me alegro muchísimo de que sigas escribiendo. Volveré de nuevo a entrar periódicamente. No nos abandones.
Y respecto a la entrada, ahora que me siento menos desconocido, de verdad espero que no le cojas miedo al agua. Que el agua es necesaria para la vida. Que los mares no siempre son turbulentos. Que además hay lagos, ríos... montañas, selvas, desiertos, volcanes...
En una nueva confesión, te diré que todavía, algunos días despierto pensando en ella, y me acuesto del mismo modo. Pero hay algo que procuro repetirme para seguir nadando. Que el amor no debe ser en una sola dirección, que no puede ser en una sola dirección. Que eso es otra cosa a la que no se le ha puesto nombre.
Así, que como dicen las tapas de los yogures, seguiré buscando.