lunes, 5 de enero de 2009

PROHIBIDO TIRAR TABIQUES

Se jactaba de ser sincero todo el tiempo. Y yo le seguí, como discípula sumisa y comprometida. Creí que su totem era la razón más importante para vivir. Seguí su doctrina y quise ser sincera todo el tiempo. Pero ser sincero completamente es imposible; y agotador; y no funciona. Tratar de ser completamente sincero te lleva al fracaso tanto o más rápidamente que con la mentira. Eso sí, hay que ser mucho más valiente. Y me gusta la valentía.
Entonces le pregunté:
- ¿Me amas?
Y él me respondió sin titubeos, como hace un Gran Maestro de la verdad.
- Ocupas un lugar entre el sexo y el cariño, en un compartimento extraño, como una buhardilla del amor.
Y, aunque una vez más alabé las maravillas de la sinceridad, todas y cada una de mis células comenzaron a desordenarse en un torbellino interior.
Me convencí más si cabe que "el hombre divisa el mundo en compartimentos estancos; esta habitación para el trabajo, esta para...Y que la mujer es capaz de derrumbar todos los tabiques de la casa para que la pasión la inunde".
Aunque para ello ha de tener fuerza y... un buen machete como aliciente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde hace ya bastante tiempo, vengo a pasear de vez en cuando por este parque. Me siento en el banco, escucho, y miro para otro lado para disimular. Pensé que un desconocido no debía opinar, siquiera cotillear en los adentros de otra persona.
Pero como pisoteo mis principios cuando me viene en gana, inventé que hoy tenía varios motivos para saludarte por primera vez. Uno de ellos, es este extraño silencio. Justo cuando es invierno, y se agradece la calidez que desprende mucho de lo que nos rodea. Así que, ¿puedo sentarme a su lado?.
No soy un gran conversador, pero te ofrezco mi mano, y hacer un poco de ruido.
Muy a mi pesar, empieza a ser un tópico eso de que la verdad está sobrevalorada. Eso no quita que el valiente deba mentir en alguna ocasión. Y que los grandes maestros de la mentira, no usen las mismas armas que sus contrarios.
Que no te engañen con lo que te enseñaron. Yo hubiese nadado el mar, cruzado desiertos, escalado montañas y bajado la luna a sus pies. Esos tabiques los habría fulminado con la mirada. Pero se fue con el del machete, o el del cadillac, ahora no recuerdo bien. Decías algo parecido el otro día.
Te confesaré antes de irme que cuando tocas tu música, mi corazón baila. Y que no pares de tocar.
Y, algo que espero te sea de utilidad, que a mí me servió, que las preguntas y las respuestás, se encuentran en dónde salen tus mejores notas: dentro, no fuera.

Nut dijo...

Anónimo, mil gracias por este comentario tan dulce y sincero. Me gusta el apunte de la sobrevaloraciónde la Verdad. Yo, de hecho, voy serpenteando por los bordes de esa verdad, volteándola en ocasiones, disfrazándola, dejándola desnuda otras veces...Es la forma que tengo de construir este parque de muros decadentes pintarrajeados de sentimientos y letras. Esa transmutación de la verdad sea quizá mi copia burda del esperpento de Valle Inclán, o quizá mi manera de esconderme de ella, de enfrentarme a ella, de verla escrita y por tanto viva, para no tener que asumirla. A veces es bueno soñar la realidad...